El Istmo de Tehuantepec, particularmente la región correspondiente al estado de Oaxaca, es el sitio predilecto para la construcción y operación de centrales de energía eólica a gran escala en México, debido a su elevado potencial eólico, considerado como uno de los mejores a nivel mundial. Calculado en 10,000 Megawatts (MW) de capacidad eléctrica anual, el recurso eólico es suficiente como para abastecer a cerca de 18 millones de habitantes del medio urbano. El enorme potencial eólico de la región se localiza principalmente en los municipios de Juchitán de Zaragoza, El Espinal, San Dionisio del Mar, Asunción Ixtaltepec, Unión Hidalgo, Santo Domingo Ingenio, entre otros más.

La amplia disponibilidad del recurso eólico ha ubicado al Istmo de Tehuantepec en la mira del capital extranjero, en especial de compañías españolas del sector energético como: Iberdrola, Endesa, Gamesa, Acciona, entre otras más, que en estrecha colaboración con instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial, y desde luego, con el apoyo del gobierno mexicano en sus diferentes niveles administrativos-políticos, han desarrollado el megaproyecto denominado “El Corredor Eólico del Istmo de Tehuantepec”. De acuerdo con información reciente de la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE), en 2021, 14 parques eólicos se encontraban en operación en el estado de Oaxaca. En total, las centrales eólicas sumaron 2,749 MW (AMDEE, 2013).

 

La energía eólica se promueve bajo los argumentos de fomentar el desarrollo económico de la región oaxaqueña vía la inyección de capital privado y la creación de puestos de trabajo; suministrar energía eléctrica a las zonas rurales que carecen del servicio de electricidad; reducir a escala nacional las emisiones de gases de efecto invernadero para fortalecer la seguridad energética de cara al cambio climático; y la disminución de la producción de petróleo convencional.